Dependiendo de la forma, material y peso de las tapas, el orientador de tapas ordena en fila india las mismas, empleando diversos mecanismos, tanto mecánicos como neumáticos. Las tapas son expulsadas del orientador y conducidas a través de un canal o tobogán de bajada hacia el sitio en donde se sitúan y colocan automáticamente sobre la boca de los envases respectivos que circulan en forma continua por un transportador de tablillas. El sistema de elevación y el orientador de tapas cuentan con sistemas motrices independientes que se accionan y detienen en forma automática para dosificar la cantidad exacta de tapas al proceso.
Una vez que la tapa ha sido colocada sobre la boca del envase, el cerrador de tapa procede a cerrar el envase, ya sea por medio de presión (taponadoras) o roscado neumático (cerrador de tapas) o eléctrico. Los acabados y materiales en todos los puntos en contacto con el producto son manufacturados en acero inoxidable y materiales sanitarios, incluyendo las estructuras. Para el sistema de control se usan sensores y accesorios electrónicos que permiten operar el sistema libre de la intervención del operador, a no ser solo para el abastecimiento de tapas a granel a la tolva.
Estos tanto los cerradores de tapas como las taponadoras, se diseñan y construyen en diversas formas, de acuerdo a los requerimientos del cliente y sobre todo a la forma y material de las tapas, y la capacidad requerida en el proceso.